lunes, 9 de enero de 2017

Despertar
El estado de sueño es el estado donde percibimos la separación, donde pensamos que somos una entidad y un ser separados. Ese ser separado siempre está buscando algo: amor, aprobación, éxito, dinero, tal vez incluso la iluminación. Pero cuando se produce el verdadero despertar, toda la estructura de la separación empieza a disolverse bajo nuestros pies.

Allí aún sigue existiendo un ser humano; no desaparecemos en una nube de humo. Incluso nuestra personalidad permanece intacta. Jesús tenía una personalidad; Buda tenía una personalidad. Todo el que camina sobre la Tierra la tiene. Incluso los niños, cuando salen del útero de sus madres, la tienen. Es una de las bellezas de la existencia, que cada uno de nosotros tenga una personalidad diferente. Los perros y los gatos, los pájaros, incluso los árboles tienen distintas personalidades.

La diferencia está en que, una vez que hemos visto más allá del velo de la separación, la identificación con nuestra personalidad particular empieza a disolverse. Incluso si penetramos muy profundamente en la unidad y la transformación ha sido muy grande, sigue estando presente una estructura básica de personalidad. Sin embargo, lo que impulsaba nuestra personalidad, todos sus antiguos principios orientadores e impulsos autocentrados, o bien han desaparecido o están en proceso de desaparecer.

(Extracto del libro: El final de tu mundo)
Fuente: Adyashanti. El final de tu mundo (Editorial Sirio, 2011)

No hay comentarios:

Publicar un comentario